BIENVENID@S

El sentido de este blog es que todos vosotr@s conozcáis las consecuencias del consumo excesivo de alcohol, así como la solución a este problema. Esperamos que resulte de ayuda para aquellas personas que sufren un problema con la bebida, aquellas que aún no lo tienen y todo aquel al que le interese el tema.
Bienvenid@s, esperamos que os guste.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Historias reales

" Cuando tenía 13 años mis amigos se reían de mí si no tomaba una copa. Me dejé llevar poruqe era más fácil unirse al grupo.
Yo era muy infeliz y sólo bebía para escapar de mi vida. Salía cada vez menos y por eso empecé a perder a min amigos, y cuanto más sola me sentía, más bebía. Era violenta y estaba fuera de control. Nunca supe lo que estaba haciendo. Estaba haciendo trizas a mi familia.
Expulsada de mi casa a los 16 años, me convertí en una indigente y comencé a pedir limosna para comprar bebida. Después de años de consumo, los médicos me dijeron que mi salud había sufrido un daño irreparable.
Tenía sólo 16 años pero mi hígado estaba seriamente dañado y estuve muy cerca de matarme debido a todo lo que estaba bebiendo". Samantha.

"En el transcurso del último año he ido a trabajar borracha, me he desmayado en clubes y bares y sin recordar cómo llegué a mi casa. De forma vergonzosa, me acosté con alguien y ni siquiera podía recordar a esa persona cuando llegó a casa conmigo, hasta que nos topamos frente a frente al día siguiente.
He destruido ya dos relaciones de pareja por la forma en que llegué a herir a mis parejas cuando estaba bajo el efecto del alcohol, pero le di prrioridad a la bebida. Mi familia está muy lastimada debido a que su hija se está matando sin una razón aparente". Jamie.

"Mi adicción se mantuvo a un ritmo constante y, antes de darme cuenta, me había convertido en una bebedora tanto matutina como vespertina. Decidí dejar de beber. Me quedé despierta casi toda esa noche, y al mediodía siguienteme dolían todos los huesos del cuerpo. Cegada por el pánico y los nervios, me serví un vaso lleno de ginebra, mis manos temblaban de forma tan violenta que derramé la mitad de la botella. A medida que bebía, pude sentir cómo la agonía se aliviaba de forma gradual. Entonces, finalmente supe la terrible verdad: Estaba enganchada a la bebida. Y no podía dejarla". Faye.

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